Artículo
La tribología allana el camino hacia una mayor sostenibilidad y eficiencia
- Dr. Mirjam Bäse
- agosto 04, 2021
- 6-min read
El día a día puede estar lleno de fricción, y nadie lo sabe mejor que la Dra. Mirjam Bäse, especialista en tribología en Magna Powertrain en Lannach (Austria). Trabaja en Building Block Clutches, Decoupling and Oil de Driveline Systems. Este equipo resuelve los problemas de fricción y desgaste de los discos de embrague de transmisión de par de fuerza refrigerados y lubricados por aceite, así como del propio componente de aceite. Para ello, son muy necesarios los conocimientos sobre la ciencia de la tribología*.
La principal tarea de la Dra. Bäse como especialista en tribología es proporcionar a los equipos de desarrollo o supervisión de productos conocimientos técnicos en el marco del proceso de resolución de problemas. Desde 2018, también es responsable de todo tipo de desarrollos de aceite de plataforma para las diferentes líneas de productos de los sistemas de transmisión.
La influencia de la tribología en los productos de propulsión de Magna es considerable. «Se podría bromear con que "nada funciona sin la tribología", ya que esta se encuentra en todas partes. De hecho, nosotros mismos nos deslizaríamos por el mundo si no existiese la fricción. No podríamos transmitir el par del embrague sin fricción ni aceite, y la reducción de la fricción y el correspondiente aumento de la eficiencia de los engranajes o los rodamientos no sería posible», afirma la Dra. Bäse.
*Tribology = from the Ancient Greek words “tribein” (rubbing) and “logos” (here: study of) – so the study of friction.
«Lo opuesto a la fricción deseada y no deseada es una indicación de la complejidad de resolver los problemas tribológicos. Por un lado, debemos garantizar el rendimiento y la funcionalidad del sistema durante toda su vida útil. Y por otro, hay grandes exigencias en cuanto a la eficiencia de nuestros sistemas, y el aumento de la eficiencia puede contribuir a la reducción de las emisiones de CO2 de nuestros productos. Además, a pesar de los crecientes requisitos técnicos, debemos mantener bajos los costes de desarrollo y los precios unitarios con el fin de poder ofrecer productos competitivos en el mercado.
La Dra. Bäse explica que, para hacer frente a estas condiciones contradictorias, uno de los principales objetivos es mejorar la eficiencia tanto de los productos tradicionales (p. ej., las cajas y ejes de distribución) como de las transmisiones eléctricas de nuestros productos etelligentDrive. Una forma de conseguirlo es utilizar aceites de baja viscosidad, lo que puede repercutir en un mayor desgaste de los componentes funcionales, como los engranajes o los rodamientos. El desgaste renovado de las partículas puede causar problemas de ruido, vibración y dureza del embrague. Para disminuir el desgaste de los componentes, se pueden utilizar aceites mejores o de alta aditivación, pero su uso puede aumentar la probabilidad de que se produzcan problemas en el rendimiento, la funcionalidad y la compatibilidad de los materiales de los componentes y/o sistemas, y suelen tener un precio más elevado. «Este es un ejemplo de la complejidad a la que nos enfrentamos, y también denota por qué es tan complejo el desarrollo completo del sistema y su integración en un sistema de propulsión para automoción», comenta la Dra. Bäse.
En su día a día, la Dra. Bäse y su equipo interactúan con proveedores y clientes y colaboran con numerosos equipos internos, incluidos los de ingeniería de sistemas y elementos fundamentales interfuncionales, así como con los compañeros de Transmission Systems en Untergruppenbach (Alemania). «Es evidente que los tribólogos no pueden ser expertos en todos los campos», admite la Dra. Bäse. «Para responder a una pregunta de tribología, es importante pensar desde el nivel nanoscópico individual del contacto afectado por la fricción de un componente hasta el nivel del sistema completo, al tiempo que se recopila toda la información disponible de diferentes áreas de experiencia y se articula de forma sensata. Esto hace que el trabajo del tribólogo sea extremadamente interesante.
Los nuevos requisitos de soluciones técnicas sostenibles aumentan la complejidad a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto. «Nos enfrentamos a grandes retos, no solo en el desarrollo técnico, sino también en muchos otros ámbitos, así como social y políticamente a escala mundial», explica la Dra. Bäse. «No obstante, estoy personal y totalmente convencida de que es correcto e importante afrontar esta cuestión de forma directa en todos los ámbitos. Los conocimientos tribológicos ofrecen una parte de la solución a estos problemas, y me complace poder contribuir a aumentar la sostenibilidad en el futuro por medio de mi trabajo en Magna».
La carrera de la Dra. Bäse en el sector de la automoción comenzó hace 20 años, cuando realizó unas prácticas de mecánica con el fin de poder reparar su autocaravana VW LT 28 transformada. Como no quería pasarse la vida trasteando en un monótono taller, decidió estudiar ingeniería mecánica en su ciudad natal, Magdeburgo (Alemania). Fue a través de unas prácticas en la cátedra universitaria de Elementos de Máquinas y Tribología donde descubrió su fascinación por la tribología y el estudio de la fricción.
La Dra. Bäse pasó varios años en la universidad, estudiando y preparando su doctorado. Se convirtió en profesora de elementos mecánicos y tribología, antes de pasar a la industria automovilística. Magna buscaba entonces cubrir un puesto de experto en Lannach, por lo que se trasladó a Austria en marzo de 2017. Aunque no tenía ninguna relación anterior con Austria, ahora dice que no se imagina viviendo en otro lugar.
La Dra. Bäse explica que, para hacer frente a estas condiciones contradictorias, uno de los principales objetivos es mejorar la eficiencia tanto de los productos tradicionales (p. ej., las cajas y ejes de distribución) como de las transmisiones eléctricas de nuestros productos etelligentDrive. Una forma de conseguirlo es utilizar aceites de baja viscosidad, lo que puede repercutir en un mayor desgaste de los componentes funcionales, como los engranajes o los rodamientos. El desgaste renovado de las partículas puede causar problemas de ruido, vibración y dureza del embrague. Para disminuir el desgaste de los componentes, se pueden utilizar aceites mejores o de alta aditivación, pero su uso puede aumentar la probabilidad de que se produzcan problemas en el rendimiento, la funcionalidad y la compatibilidad de los materiales de los componentes y/o sistemas, y suelen tener un precio más elevado. «Este es un ejemplo de la complejidad a la que nos enfrentamos, y también denota por qué es tan complejo el desarrollo completo del sistema y su integración en un sistema de propulsión para automoción», comenta la Dra. Bäse.
En su día a día, la Dra. Bäse y su equipo interactúan con proveedores y clientes y colaboran con numerosos equipos internos, incluidos los de ingeniería de sistemas y elementos fundamentales interfuncionales, así como con los compañeros de Transmission Systems en Untergruppenbach (Alemania). «Es evidente que los tribólogos no pueden ser expertos en todos los campos», admite la Dra. Bäse. «Para responder a una pregunta de tribología, es importante pensar desde el nivel nanoscópico individual del contacto afectado por la fricción de un componente hasta el nivel del sistema completo, al tiempo que se recopila toda la información disponible de diferentes áreas de experiencia y se articula de forma sensata. Esto hace que el trabajo del tribólogo sea extremadamente interesante.
Los nuevos requisitos de soluciones técnicas sostenibles aumentan la complejidad a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto. «Nos enfrentamos a grandes retos, no solo en el desarrollo técnico, sino también en muchos otros ámbitos, así como social y políticamente a escala mundial», explica la Dra. Bäse. «No obstante, estoy personal y totalmente convencida de que es correcto e importante afrontar esta cuestión de forma directa en todos los ámbitos. Los conocimientos tribológicos ofrecen una parte de la solución a estos problemas, y me complace poder contribuir a aumentar la sostenibilidad en el futuro por medio de mi trabajo en Magna».
La carrera de la Dra. Bäse en el sector de la automoción comenzó hace 20 años, cuando realizó unas prácticas de mecánica con el fin de poder reparar su autocaravana VW LT 28 transformada. Como no quería pasarse la vida trasteando en un monótono taller, decidió estudiar ingeniería mecánica en su ciudad natal, Magdeburgo (Alemania). Fue a través de unas prácticas en la cátedra universitaria de Elementos de Máquinas y Tribología donde descubrió su fascinación por la tribología y el estudio de la fricción.
La Dra. Bäse pasó varios años en la universidad, estudiando y preparando su doctorado. Se convirtió en profesora de elementos mecánicos y tribología, antes de pasar a la industria automovilística. Magna buscaba entonces cubrir un puesto de experto en Lannach, por lo que se trasladó a Austria en marzo de 2017. Aunque no tenía ninguna relación anterior con Austria, ahora dice que no se imagina viviendo en otro lugar.
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