Silhouette of people in the foreground with city lights in the background

El Máximo Reciclador de Magna

La dedicación de Will Stirling de arreglar cosas en lugar de tirarlas a la basura se hace evidente en su casa en Norton Canes, Inglaterra.

Hay 50 aspiradoras en una habitación y siete más en la sala. Una podadora de césped que necesita reparación está guardada en la cocina, junto con dos planchas y tres cafeteras. Computadoras descompuestas, lámparas de mesa y hornos microondas recuperados de un basurero local también esperan su atención. Después de arreglar esos artículos, Stirling los dona o los vende a un precio económico.

El ingeniero de mantenimiento de una planta de Magna en Inglaterra es un apasionado por salvar el planeta con actividades de reciclaje y reutilización de objetos y materiales desechados.

También participa como voluntario en el Lichfield Repair and Share Café, ganador del premio BBC Hacer la diferencia 2022 en la categoría de medio ambiente por su compromiso con mantener las cosas fuera de los rellenos sanitarios. Regularmente, Stirling repara de cinco a 15 electrodomésticos en una sesión, desde luces para árboles de Navidad hasta secadoras de cabello.

Two people presenting William Stirling with an award from BBC Radio

“Yo veo el reciclaje como un reto”, dijo Stirling. “A la larga, eso ahorra dinero”.

Además, agrega: “Hay muchas cosas que se pueden reparar. Todos tenemos que unirnos y poner nuestro granito de arena. Es fácil subestimar lo que está pasando con el medio ambiente”.

En el trabajo, Stirling es uno de los cuatro técnicos de mantenimiento que ayudan a asegurar un funcionamiento sin interrupciones de seis robots colaborativos y las líneas de ensamble a través de verificaciones de mantenimiento preventivo, así como otras medidas. La conciencia sobre el medio ambiente está en las prioridades de cada turno.

“Ayer, me topé con un sensor descompuesto”, dijo. “En lugar de tirarlo a la basura, lo reparé para utilizarlo como repuesto. El problema era un cable roto que va conectado al sensor. Sabía bien que podía arreglarlo. Un sensor puede parecer algo insignificante, pero cuesta $100, y esos gastos se van acumulando. Esa es mi mentalidad, no desperdiciar nada”.

Ehson Ameer standing in front of a poster receiving Save on Energy Award
Ehson Ameer with a group of people standing in front of a poster receiving Save on Energy Award
Group of people standing on stairs outside of a manufacturing plant

A veces, sus reparaciones generan grandes beneficios. Caso en cuestión: un reloj de cucú de 1970 con los personajes de caricaturas Piolín y Silvestre que Stirling arregló como voluntario de Lichfield.

“Una mujer lo recogió en una venta de bodega y lo trajo”, dijo. “Investigué un poco y resultó ser un reloj raro con un valor mayor que $500. Ella también tenía un control remoto que duplicaba su valor. Después de que lo arreglé, ella comenzó a llorar. Eso me hizo sonreír. Si puedo hacer felices a los demás y proteger al planeta, habré cumplido con mi trabajo”.

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